Cuando aún no había cumplido 40 años la nueva capital de Brasil, la antaño celebrada <<ciudad del futuro>>, emana ya un aire de museo.Situada en medio de las pobres tierras montañosas del centro del país, Basilia se erigió como un poderos símbolo arquitectónico que debía encarnar el progreso y la racionalidad.
Sin embargo, los monumentales proyectos de un arquitecto dan testimonio de una visión de futuro que fracasó al enfrentarse con la realidad del presente. Celebrada por unos como ciudad limpia, y criticada por otros como estéril y sin alma, Basilia constituye un claro referente para el urbanismo contemporáneo.
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